A pesar de ser una gran fan de las nuevas tecnologías y de ver grandes ventajas en su aplicación a la vida diaria, ayer odié profundamente a mi nuevo Netbook y a su tecnología HP.
Mi HP 2133 no tiene ni un mes, y la verdad es que lo he tratado a cuerpo de rey, protegiéndolo con su funda de neopreno y tratándolo con mimo. Pues de nada han servido los cuidados, mi Netbook enciende pero no arranca y parece ser un problema en la placa base (eso me dijeron al contactar con HP y describir el problema). Al estar en garantía pregunté por el Servicio Técnico Oficial en Barcelona, ni me lo podía imaginar pero no tienen. Y eso no es todo, ¡ni siquiera tienen en el resto de España! A mí me parece alucinante (por no decir más cosas) tener que enviar mi HP a ser reparado en otro país.
Por suerte al decirle al chico que no hace ni un mes que lo tengo, me ha ofrecido la posibilidad de enviarlo a reparar, o de ordenar un cambio al distribuidor donde lo adquirí (esta será otra historia porque me llevé la última unidad de la tienda). Y en eso estoy de momento, a la espera de recibir por mail un documento de HP para tramitar el cambio en el distribuidor, tras una llamada esta mañana y un fax con la factura esta tarde.
Hasta aquí mi mosqueo por el inexistente Servicio Técnico Oficial HP en Barcelona (ni resto de España), y de paso por mi Netbook claramente defectuoso, no creo que esta entrada en mi blog cambie las cosas pero por lo menos he ejercido mi “derecho a la pataleta”.
Pero como dicen que las desgracias nunca vienen solas, además he perdido algunos documentos y borradores de entradas en los que trabajaba localmente (mea culpa por no tener copias). Esta es la parte que me fastidia más ahora que he asumido la terrible pérdida “momentánea” de mi última adquisición tecnológica, mi deseado Netbook.
(Rest in Peace)
Marketing dos punto cero 